Desde lo hondo a ti grito Señor


Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿Quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.

Mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela a la aurora;
aguarde, Israel, al Señor
como el centinela a la aurora.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.


Porque del Señor viene la misericordia
y la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor

porque en Él está la salvación.

Himno a la Virgen de Gracia para para Limpieza, Liberación, Purificación y Sanación

 Alégrense los montes y los valles,
repiquen las campanas sin cesar,
la Virgen de la Sierra nos bendice,
con gracias de divina claridad.

¡Digamos su pureza inmaculada,
cantemos alabanzas en su honor,
y sean nuestros cantos mensajeros,
de nuestra fervorosa admiración!

Virgen de Gracia, Virgen María,
líbranos siempre de todo mal.
Tiende tus brazos amparadores
a quienes tiemblan de amor filial.

¡Virgen bendita, mira a tus plantas,
a los que imploran tu bendición!
Da a los que sufren tu fortaleza,
prenda dorada de tu perdón.

El cielo por la noche es todo estrellas,
el cielo por la noche es todo azul.
Y siempre nos parece, Virgen Santa,
el manto con que nos proteges Tú.

Si nubes nos ocultan ese manto,
sabemos con amor pensar en él.
La Virgen nos ampara si a los cielos
miramos con los ojos de la fe.

Virgen de Gracia, Virgen María,
danos piadosa tu bendición,
el dulce premio de tus mercedes
que purifican el corazón.


Danos la palma de tu alegría,
con que cumplamos nuestro deber,
la fe que alumbre nuestro camino
con claridades de amanecer.

¡La luz que marque nuestro deber!


Oración a la Virgen DULZURA DE LOS ÁNGELES para alejar y proteger sufrimientos causados por la maldad de nuestros Enemigos

Dulzura de los
ángeles, alegría de los afligidos,
abogada de los
cristianos, Virgen Madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos
eternos.

María, purísima
incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa; en ti se ha
complacido el Padre, ha habitado el Hijo,
y el Espíritu Santo,

que cubriéndote
con su sombra, Virgen,

te ha hecho madre de Dios.
  
Nosotros nos
alegramos en ti, Tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano
invencible y aplasta a nuestros enemigos.


Manda a tus
siervos el socorro del cielo:Pedir ahora, con muchísima fe y confianza, lo que se quiere conseguir por la mediación de la Santísima Virgen María.
Así sea.


Rezar la Salve, tres Avemarías, tres Padrenuestro y tres Glorias.

Id, Amigos a la Misa del Señor Jesús Dile tus pecados que serán Perdonados

1.- Sois la semilla que ha de crecer,
sois la estrella que ha de brillar,
sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.

Sois la mañana que vuelve a nacer,
sois espiga que empieza a granar.
Sois aguijón y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar.

Id, amigos, por el mundo,
anunciando el amor,
mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
Sed, amigos, los testigos
de mi Resurrección.
Id llevando mi presencia.
¡Con vosotros estoy!

2.- Sois una llama que ha de encender
resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz.
Sois los amigos que quise escoger,
sois palabra que intento gritar.
Sois reino nuevo que empieza a engendrar
justicia, amor y verdad.

Id, amigos, por el mundo,
anunciando el amor,
mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
Sed, amigos, los testigos
de mi Resurrección.
Id llevando mi presencia.
¡Con vosotros estoy!

3.- Sois fuego y savia que vine a traer,
sois la ola que agita la mar.
La levadura pequeña de ayer
fermenta la masa del pan.

Una ciudad no se puede esconder,
ni los montes se han de ocultar.
En vuestras obras que buscan el bien
los hombres al Padre verán.
Id, amigos, por el mundo,
anunciando el amor,
mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.


Sed, amigos, los testigos
de mi Resurrección.
Id llevando mi presencia.


¡Con vosotros estoy!
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