Poderoso Señor,
No me reprendas en Tu furor y no me escarmientes en Tu
cólera.
Ten piedad de mí
porque soy débil;
Cúrame porque mis huesos están quebrados.
Ni las medicinas me hacen efecto,
Ni los remedios causan curación;
Es Tu palabra todopoderosa.
Oh Señor, cúrame y estaré salvado.
En el Nombre de la Virgencita del Carmen Amén.

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