Postrado
ante vuestro acatamiento,
¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!,
y después de
saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha,
os elijo,
desde ahora para siempre,
por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis
acciones y Protectora ante la majestad de Dios.
Yo os prometo, virgen purísima,
no olvidaros jamás,
ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria,
a la
vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor.
Recibidme,
Madre tierna,
desde este momento y sed para mí el
refugio en esta vida y el
sostén a la hora de la muerte. Amén.”
. Si te ha gustado esta ORACION, siéntete LIBRE de hacer clik en ME GUSTA y de compartirlo en FACEBOOK, TWITTER, CORREO ELECTRÓNICO y demás redes sociales


No hay comentarios:
Publicar un comentario