Oh Señora mía, Santa María: hoy y todos los días y en la
hora de mi muerte, me encomiendo a tu bendita fidelidad y singular custodia, y
pongo en el seno de tu misericordia mi alma y mi cuerpo; te recomiendo toda mi
esperanza y mi consuelo, todas mis angustias y miserias, mi vida y el fin de
ella: para que por tu santísima intercesión, y por tus méritos, todas mis obras
vayan dirigidas y dispuestas conforme a tu voluntad y a la de tu Hijo.
Amén.
Si te ha gustado este Articulo, siéntete LIBRE de hacer clik en ME GUSTA y de compartirlo en FACEBOOK, TWITTER, CORREO ELECTRÓNICO y demás redes sociales.

No hay comentarios:
Publicar un comentario